Este 31 de octubre se rememora el "Día mundial de la ciudades". Es curioso el concepto.
¿Por qué alguien haría un "Día de las ciudades"?
Parece ser que no consideramos necesario homenajear todo aquello que tenemos ya incorporado en nuestro día a día, en la cotidianidad, y sin querer sentimos que no merece ser reconocido ni mucho menos celebrado. Pero mi percepción es que sí vale la pena visibilizar las ciudades. Es un espacio nuestro. Es una prolongación de quienes somos. En mi trabajo hay mucho de esto, mucha estética "urbana"; hay un estudio de los espacios dentro de la ciudad y de cómo el ser humano se desenvuelve en estos espacios.
Según señala la ONU, "la urbanización planificada maximiza la capacidad de las ciudades para generar empleo y riqueza, y para fomentar la diversidad y la cohesión social entre diferentes clases, culturas, etnias y religiones. Las ciudades deben ser diseñadas para vivir juntos, crear oportunidades, permitir la conexión e interacción, y facilitar la utilización sostenible de los recursos compartidos." (https://www.un.org/es/events/citiesday/)
Hoy, más que nunca, quiero aferrarme a estas frases y creer fehacientemente que podemos apuntar a esa cohesión social. Quiero creer que podemos vivir cada vez mejor entre nosotros, que la conexión de la que se habla en la frase citada sí se puede dar. Este último tiempo, que hemos vivido de una manera tan particular, y que nos ha hecho replantearnos la manera en que vivimos como sociedad, quiero tengamos siempre en mente: somos dueños de nuestra propia felicidad.
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