Fue cuando hice mi primer viaje fuera de Chile con un objetivo únicamente artístico, cuando me di cuenta que la experiencia de viajar, en sí misma, era el punto de partida para la creación de muchas obras que estarían por venir.
Ese viaje fue en mayo del año 2015.
Partí a Florencia, Italia, por un mes. En mi estadía en ese lugar, profundicé mis técnicas de pintura en la Accademia d'Arte Firenze, y sin querer fui poniendo en práctica lo que iba a prendiendo ahí, y lo que al parecer tenía también guardadito dentro de mi, sin saberlo.
En mis momentos "libres" de las clases de pintura, lo curioso, es que no hacía algo "distinto", algo que no tuviera que ver con arte. Por el contrario, seguía pintando.
Eso es lo que empieza a pasar cuando "respiras" arte. Ya no es sólo una profesión.
Y cada momento quieres llenarlo con algo que haga forzar tu capacidad creativa, y tienes ganas de plasmarlo todo en algun tipo de papel, algún tipo de tela, o en fin, en cualquier tipo soporte.
Fue así cuando, tras comprar un papel Canson Montval que me quedó gustando bastante, empecé a plasmar con unos acrílicos que tenía a mano pequeños rinconcitos de la ciudad.
Estos rinconcitos, sentí, eran los que daban la esencia a la ciudad.
Alejándome de los típicos atractivos turísticos, fui retratando estos rincones especiales. Capturándolos en mi pintura.
Lugares cotidianos, que están siempre ahí, pero que a veces ni siquiera nos llaman la atención. Muestran la ciudad tal como es, con sus paredes desgastadas, con sus grietas, grafitis e imperfecciones.
Esto fue lo que me encantó.
De Florencia.
Y luego de Pisa, de Lucca, de Siena, y de muchas ciudades que fui recorriendo durante ese viaje, con la intención secreta de retratar estos particulares rincones de cada lugar.
Luego volví a Chile, y en el momento preciso, recién llegada de Italia, tuve la oportunidad de mostrar un poco de estos rinconcitos retratados durante mi viaje, en la exposición "Proyecto Italia", en IL TANO (Valdivia). Tuve una muy buena acogida y recibí muy buenas críticas con respecto a mi trabajo, lo que me motivó a no dejar esto hasta ahí, sino que quizás desarrollarlo un poco más en los meses que vendrían.
Sin embargo, en las semanas que siguieron, retomé mi quehacer artístico que venía desde siempre: mis oleos, mis telas, mi taller que me esperaba. Seguí con mis paisajes de árboles, lagos, montañas en formatos grande y mediano. Expuse algunas veces.
Pero mi block Canson y mis tubitos de acrílicos aún estaban ahí, guardados, pero presentes.
Y los retomé.
Retomé mi pintura en pequeño formato, buscando rinconcitos característicos, abriendo los ojos, observando, "viajando" pero esta vez dentro de mis propias ciudades.
Yo tengo dos ciudades:
Valdivia, que me vio nacer y crecer. Y que siempre será mi Valdivia.
Y Santiago, que me ha dado muchisimo. Y yo espero tambien retribuirle siempre de la misma forma.
Entonces tomé los pinceles y empecé a recorrer. A buscar estos rinconcitos característicos.
Y empecé a observar incluso la propia ciudad, como si la viera desde afuera.
Ya han pasado 8 meses desde ese primer viaje a Florencia.
Meses en que he desarrollado una nueva linea de producción artística, que habla de una técnica distinta a la que tenía, de un proceso creativo distinto al que acostumbraba... y ahora, que ya son varias las pinturas que han nacido producto de este proceso, me doy cuenta que muchas veces no nos detenemos a observar.
Y me incluyo.
A pesar de a veces ser un poco más observadora, aún así, siento que falta.
Detengámonos.
Bajemos el ritmo mientras caminamos por la ciudad, y paremos a mirar estos espacios.
Hagámoslos propios, como si fueramos viajeros incluso en nuestra propia ciudad.
Registrémoslos, retratémoslos.
Hagamos de ellos, nuestros "Cuadernos de viaje”.
Eileen Lunecke Krarup
Mi próxima exposición, en la que mostraré mis obras en acrílico sobre papel, se titula "Cuadernos de viaje". Se realizará desde el 02 de marzo al 02 de abril 2016 en el Centro Cutural El Austral, en Yungay 733, Valdivia, Chile. Los espero.
